Relación sexual contra natura o deficiencia psicosexual: ¿Es imposible una tercera vía?

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En la sociedad turca, dominada como está por una espiral de "masculinidad" y "servicio militar", el sexismo y la homofobia están siempre presentes. Las instituciones militaristas humillan y etiquetan a los homosexuales, los tratan de malos modos y les hacen la vida imposible, sobre todo cuando están cumpliendo el servicio militar. En primer lugar, el ejército se presenta como un regalo del que no se puede disfrutar si uno es gay. El hecho de que la institución llamada ejército, conocida como la fortaleza de la "masculinidad" y del militarismo institucional, excluya a las mujeres y a los homosexuales no significa, evidentemente, que no estén capacitados para servir en el ejército o luchar en combate. El hecho de que las mujeres y los gays sean aislados del ejército es un resultado de la ideología de la masculinidad. Esta ideología, y la institución que es su punta de lanza, el ejército, en la que se engendra dicha ideología, percibe la homosexualidad exclusivamente como "mariconería", y humilla a las personas gays tratándolas como si no fueran seres humanos y quebrantándoles el espíritu y el carácter. Los insulta, les despoja de todo valor.

El ejército, en tanto que institución a la que se confiere una autoridad absoluta, es siempre una amenaza, no sólo para los que forman parte de él, sino también para los que se quedan fuera. La amenaza no se limita a lo que se vive en las guerras. En realidad, todo aquello a lo que se opone el ejército también se institucionaliza. El ejército sólo se opone a lo que se ha hecho sin su permiso, a lo que no puede detectar ni supervisar. Está en contra de la "inmoralidad", pero ve a la mujer completamente como un objeto sexual y la acosar sexualmente y la viola sin ningún escrúpulo. El ejército no permite que un oficial conviva con una mujer que no considera apropiada, pero no tiene ningún reparo en llamarla para hacer striptease en las fiestas de los soldados. Se afirma que actualmente no se cometen violaciones ni acoso sexual contra las mujeres soldados en el ejército de EE UU. Pero en todos los ejércitos se cometen porque todos los ejércitos son "machos".

En Turquía, la psiquiatría militar proporciona los fundamentos para el enfoque ideológico del militarismo. La psiquiatría militar aún utiliza el DSM II (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales), elaborado en 1968 por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA). Así pues, según la psiquiatría militar, la homosexualidad es una patología psicosexual, en contra de lo que afirma la literatura psiquiátrica actual. Aquellos que padecen una "deficiencia" psicosexual no pueden ser reclutados aunque quieran. Si dicha "deficiencia" se detecta tras haber sido alistado, el enfoque que se sigue es el mismo. En este caso se aplica la ley relativa a las "relaciones sexuales contra natura". En virtud de esta ley, el soldado que tiene relaciones homosexuales no sólo es expulsado, sino que en primer lugar se le informa de que este tipo de relaciones ¡es antinatural! Sin embargo, en la realidad la situación no siempre se desarrolla de la forma prescrita. Hay jóvenes que son reclutados porque ocultan su homosexualidad y otros, que aunque no son homosexuales, tienen relaciones sexuales en los cuarteles: ésta es la realidad de las cosas. Cuando se destapa el pastel, se adopta una de tres estrategias: hacer la vista gorda y pasar por alto la situación con el fin de no deshonrar al ejército; exiliar a las personas implicadas a distintos lugares; y especialmente, si uno se define como homosexual, emitir un certificado médico y expulsar del ejército al soldado en cuestión. Como es fácil de suponer, el enfoque que se adopta depende del lugar y de los oficiales a cargo.

El servicio militar es obligatorio en Turquía. El derecho a la objeción de conciencia no está reconocido. La respuesta que se da a los objetores que no se someten a las órdenes de reclutamiento es el arresto y encarcelamiento por practicar la resistencia civil. Las fuerzas armadas turcas definen la homosexualidad como una enfermedad, expulsan a los oficiales gays y marcan de por vida a los soldados con informes médicos. Los gays, etiquetados con "deficiencia psicosexual: homosexualidad", se enfrentan a la discriminación física y psicológica en su vida laboral y se pisotean sus derechos debido a esta etiqueta. Turquía es el único país de la OTAN cuyo ejército define la homosexualidad como una enfermedad.

Según el artículo 17 de los estatutos del ejército, que define a los "homosexuales aparentes que no pueden ser reclutados", la homosexualidad, así como el travestismo y el transexualismo, son una "deficiencia psicosexual del más alto grado", una patología psicosexual; sin embargo, la psicología y la psiquiatría como ciencias no aceptan actualmente que la homosexualidad sea una enfermedad. Aun así, el ejército recurre al DMS II, que se basa en criterios anteriores a 1973, y la define como enfermedad. No se sabe cuándo será que GATA (la academia médico-militar turca) acepte (si es que alguna vez llega a aceptar) los criterios del DSM IV-TR (el manual actual), que establece que la homosexualidad no es una enfermedad ni un trastorno psicosexual, sino una orientación sexual, ni si actualizará los reglamentos internos del ejército para eliminar este problema desde el punto de vista de la ciencia. Parece que todo este problema está enmarañado con la cuestión de la "masculinidad". Todo el mundo sabe que las fuerzas armadas turcas no tienen problemas de reclutamiento porque hay hombres más que suficientes en edad de realizar el servicio militar. Si en Turquía, el único país de la OTAN que considera la homosexualidad como una enfermedad, la psiquiatría militar se sigue considerando a sí misma "científica", tendrá que revisarse esta noción de alguna manera, también teniendo en cuenta una posible adhesión a la UE. Hasta ahora, la táctica predominante ha sido la de mantenerla dentro de la lógica militar. Hasta ahora no han tenido interés alguno en tratar con aquello que pueda ofender o dañar su idea de masculinidad; pero algún día tendrán que replanteárselo.

A través de la objeción de conciencia y la insumisión se puede cuestionar al ejército y luchar contra toda forma de militarismo. Además, en el marco de las reivindicaciones por la igualdad en todos los ámbitos, algunos hombres gays y bisexuales pueden considerar esta situación como una práctica discriminatoria. Por otro lado, los soldados profesionales y los oficiales militares pueden considerar el artículo 153 (relativo a las relaciones sexuales "contra natura") como una discriminación contra las relaciones sexuales que quedan dentro del marco de la ley. Estos, al menos, podrían ser ámbitos en los que se podría avanzar.

A medio plazo, las cosas pueden seguir siendo complicadas, pues la gente se enfrenta a problemas o discriminaciones y se ve privada de sus derechos constitucionales de igualdad. Quizás se podría tratar la objeción de conciencia de una forma más exhaustiva para encontrar una solución a medio camino para los gays que no quieren hacer el servicio militar pero que tampoco quieren verse marcados de por vida.

Si se revocaran el artículo 153 para los oficiales militares y el DSM-II de psiquiatría militar para los soldados, ¿en qué quedaría la nueva situación? ¿En una exención basada en una declaración de por sí insuficiente -la igualdad- y el derecho a la objeción de conciencia?

Puesto que existen más opciones que aquellas que se encuentran entre "la sartén y el fuego ", por así decirlo, estamos llegando a un punto en que nadie sabe cómo manejar esta situación. Antes, tanto desde la perspectiva del ejército como de los gays, más concretamente de los homosexuales, las cosas se manejaban de alguna forma y todo el mundo se iba soportando mejor o peor. La cuestión es cuánto ve uno desde su propia óptica, pero es un hecho que en los últimos 15 a 20 años todo ha cambiado muy deprisa en Turquía. Ahora bien, estos aires de cambio ¿provocarán una devastación o se producirá una reestructuración en la que todo el mundo quedará incluido? Incluso si aún no es tan evidente como haría falta (se encuentra en una fase en la que aún no existe un debate público suficiente), hay dos dimensiones del problema que destacan. El frente militar cree que puede mantener este juego indefinidamente gracias a las disposiciones legales actuales para poner obstáculos a los gays. Y los gays se quejan constantemente pero no llegan a decidirse por ninguna de las tres vías mencionadas anteriormente.

El problema es evidente desde muchos ángulos: el de la psiquiatría, la ciencia y el cientifismo; el de los funcionarios civiles que trabajan para el ejército; el de la discriminación profesional debido a la orientación sexual; la igualdad en la vida laboral civil y militar; la legalidad de hipotecar lo que a uno le resta de vida en base a un informe emitido por los militares respecto a un servicio que tiene lugar en un lugar y momento muy determinados; lo que Turquía ha aceptado en los tratados internacionales con la ONU y la UE; la necesidad de que las decisiones tomadas sean aceptadas por los miembros y los candidatos a ser miembros de estas organizaciones supranacionales... Lamentablemente, el ejército es uno de los ámbitos en los que más se humilla y oprime a los gays. Esta situación no es diferente en otras partes del mundo. Ni siquiera funcionó la norma de "no preguntes, no lo digas" de Clinton. Reflexionar sobre esta cuestión es, en todo caso, un imperativo para la lucha por la liberación de los LGBT. Debemos pensar sobre todo esto sin jamás menoscabar la importancia del tema ni estrangularnos unos a otros por cuestiones nacionales. Porque muchos gays están sufriendo a manos de este sistema...

“Eres una persona valiente y honesta. Creo que eres sincero en lo que dices. Sin embargo, la homosexualidad no nos plantea ningún problema. También podemos ser homosexuales, no hay ningún problema. Tu homosexualidad no es aparente; no eres afeminado. No dices que seas homosexual. Simplemente, haz el servicio militar como un hombre."
“Cuando os conviene, decís "haz el servicio militar como un hombre"; cuando os conviene, etiquetáis a los homosexuales como pervertidos y enfermos. Si la homosexualidad no es problema, entonces ¿por qué expulsáis a gente del ejército porque son homosexuales? En realidad, sois vosotros que no sois honestos."
"De acuerdo, como quieras. Tú eres apto. Puedes consultar el resultado en el tablón de información. Puedes irte."
"No me iré. Tendréis que hacer lo que disponen la ley y los reglamentos. Cumplid con vuestra obligación." Decisión: D/17 F–4
http://www.kaosgl.org/node/746

Ali Erol, Kaos GL, Ankara, Turquía. kaosgl@kaosgl.org  kilikya@gmail.com

Ali Erol es un activista por los derechos LGBT en Turquía. A principios de los años 1990 puso en marcha iniciativas de base por los derechos y libertades de las personas LGBT. En septiembre de 1994 empezó a publicar Kaos GL, la primera revista turca de LGBT, junto con Ali Özbaş.
Es uno de los fundadores de la asociación Kaos GL, que comparte nombre con la revista. En julio de 2005, Kaos GL se registró oficialmente con el nombre de Kaos Gey-Lezbiyen Kültürel Araştırmalar ve Dayanışma Derneği (Kaos Gay-Lésbico - Centro de Investigación y Asociación de Solidaridad). Los estatutos de Kaos GL han proporcionado una base para las organizaciones LGBT que desean convertirse en asociaciones reconocidas.

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