Desde que los objetores de conciencia hemos entrado en las carceles estamos denunciando el trato que se da a las personas privadas de libertad y los reglementos penitenciarios que impiden la libre circulación de jeringuillas y preservativos.
Exigimos que se cumple el artículo 60 de la Constitución para que los enfermos terminales de SIDA sean puestos, sin demora, en libertad y puedan vivir sus ultimos días con quien lo deseen.
El 26% de la población reclusa es portadora del virus VIH. Otras enfermedades asociadas al SIDA, como la tuberculosis, se propagan sin la mínima prevención.